22.2.07

random

vivir puede ser esperar la muerte. o bien, puede ser...
hacer de la vida sus instantes (ya sea con voz o en silencio), atrapar el día, ir de a poco recorriendo la cinta de moebius y tener la audacia de hacerlo, dudar de lo imposible y no de tus dudas o quizaces que son las venas de tu belleza, disfrutar del cambalache sin dejar de distinguir la yerba buena de la mala (prepárate un mate, en tu honor), enaltecer tu amor profano sin despreciar las utopías, mirar con ojo verdadero aquello en lo que no hay garantía de verdad, frecuentar la misma cantina por hacer de algunos vínculos un arraigo, esbozar 5 razones y reformular 10 de puro entusiasmo, no escaparle a los cambios o contradicciones y recorrerlas como el espiral de un caracol, hacer un imán de tu cerebro y laminarlo de sorpresas, atender con ingenio la urgencia de encontrar un lugar donde esconderte de las sombras de tu mente, atar los cabos sabiendo que la identidad se forja en cada nudo, olvidar y recordar (en ese orden) los recortes que tu curiosidad hace del mundo como quien hace un cut-y-paste, hacer la propia crónica porque de uno mismo no hay nada escrito, asomarse al balcón para espiar la magia que flota entre el infierno y el cielo, buscar el infinito y ser parte del mismo mientras lo escribes con letras negras, infiltrarse en huecos de luz para dar con el interior que deslumbra, navegar la profundidad de los sentidos cual submarino, cual pez de ciudad que busca volver a humedecer (aunque sea con lágrimas) su ser poroso, no tener un nombre y ser lo que se es sin etiquetas, transitar abecedarios por la irresistible tentación de crear/recrear, soplar una cortina de humo y sentarse detrás de un cigarrillo para ver lo que devela la nueva cortina, perseguir las mariposas lúcidas de tus sueños más íntimos, sobrevivir al pánico escénico de saber el mundo al alcance o sobrevivir a la sensación de habitarse como isla, salir de adentro de uno mismo, intercambiar uno de mis yoes con mis propios yoes o con los del club de la pulenta, ser voyeur de la existencia cualquiera sea su forma, encontrar migajas en un camino transitado y convertirlo en algo totalmente extraordinario, hablar desde el corazón aunque sea al inmortalizar un poroto, no pretender superar la ficción de la ficción, ver lo que ocurre e incurrir en ello, no intentar definir algo azul más que comenzando por el azul, concebir un universo cunífero(?) o hacer del universo una cuna, blablebear con el sentido de lo expuesto o lo oculto, dar vuelta el reloj de arena antes que ésta termine de caer por disfrutar la sensación de haber impugnado la convención del tiempo, ser mente ausente cuando la mente encarcela, saber actuar cuando es el momento de ir con los tapones de punta, tener la mala reputación de que te importe una mierda la reputación, calzar una zapatilla biónica para no llegar tarde a un amor que crece a pasos de gigante... pero en fin, no me hagas caso. no debería tomar si no sé hacerlo, pero lo hago, y seguido; tomo sobredosis de ignorancia cada vez que tengo el coraje y después me emborracho de microcosmos ajenos. y es que dicen que de algo hay que morir.