ya lo sé
Te gustaba: escribir en hojas sueltas (nunca en una libreta), dejar a otros pedir el vino en un restaurante, el cine francés (y W.A. también), reventar los globitos de las bolsas de embalaje, dejar el libro exactamente en la misma posición del estante, el café recién hecho, despertar con un vaso de agua a tu lado, la tortilla española con el huevo todavía húmedo, viajar con mochila y no con maleta, cerrar los cajones de la cómoda antes de dormir, limón para la lechuga y aceite para el repollo, el agua mineral sin gas, dormir sobre el lado derecho, meter los dedos en la tierra húmeda, hacer pelotitas con los calcetines, el asiento 16 o 17 del avión (y la quinta fila en el cine), desayunar solo y cenar acompañado, sacarte los zapatos cuando llegabas a casa, lavarte los dientes con el cepillo seco, el color naranjo (tu favorito), sacudir de migas la mesa antes de poner los platos (todas y cada una de ellas), una vela y no veintitantas en la torta, leer el diario en orden, secarte el pelo antes que los pies, comprar el pan en bolsas de papel (y el pan con semillas de amapola), el pasillo de los chocolates en el supermercado, el álamo y el ciprés por sobre los pinos, guardar los discos acostados para poder poder leer la carátula...
Todo eso ya lo sé, pero ¿y qué hago con eso ahora?
Todo eso ya lo sé, pero ¿y qué hago con eso ahora?